el tren
las tentaciones viajan en primera línea las noches en que murmuran nuestros silencios y salir huyendo descalza en ellas significa lanzarse al vacío que ocultas.
he dejado que des la vuelta al tablero de mi consciencia por seguir jugando a este maldito juego al que he jugado tres veces antes sin creer por ser masoca y al que habría jugado tres más por ella queriendo, donde el único que gana es el que consigue parar a tiempo el tren o en su defecto poder subirse.
mientras grito con las manos obstruyendo mi garganta, en la segunda estrella a la derecha, donde un niño dejó de crecer, yo, entre los susurros del viento y el gemido de las alas que te quise dar, he muerto a mí para volver a besar tu cielo y renacer de las cenizas de ese cigarrillo que nunca llegué a consumir por mis carencias.
ahora sigo huyendo.
de mí.
con la poca voz que me queda le he pedido al piano que baje su escala para que yo pueda subirla y aún así me tropiece al segundo escalón después de haber corrido lo que aún no está escrito y escribirte por 192467 vez antes de dormir o de intentarlo.
hasta el minuto 4'33 no he sabido descifrar que quiso decir John Cage,
pero la otra mitad oculta del último vagón del tren es un misterio que se lee entre líneas cuando ha caido la noche
y yo he caído con ella.
he dejado que des la vuelta al tablero de mi consciencia por seguir jugando a este maldito juego al que he jugado tres veces antes sin creer por ser masoca y al que habría jugado tres más por ella queriendo, donde el único que gana es el que consigue parar a tiempo el tren o en su defecto poder subirse.
mientras grito con las manos obstruyendo mi garganta, en la segunda estrella a la derecha, donde un niño dejó de crecer, yo, entre los susurros del viento y el gemido de las alas que te quise dar, he muerto a mí para volver a besar tu cielo y renacer de las cenizas de ese cigarrillo que nunca llegué a consumir por mis carencias.
ahora sigo huyendo.
de mí.
con la poca voz que me queda le he pedido al piano que baje su escala para que yo pueda subirla y aún así me tropiece al segundo escalón después de haber corrido lo que aún no está escrito y escribirte por 192467 vez antes de dormir o de intentarlo.
hasta el minuto 4'33 no he sabido descifrar que quiso decir John Cage,
pero la otra mitad oculta del último vagón del tren es un misterio que se lee entre líneas cuando ha caido la noche
y yo he caído con ella.
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